Sabemos que el plástico residual es sucio, feo y contaminante. Por eso hay que reutilizarlo y si ya no sirve, depositarlo en el contenedor amarillo para que pueda ser reciclado. Hemos visto mil veces cómo una bolsa de plástico, de las que nos dan en el supermercado (ahora hay que comprarlas), pasa media vida dando vueltas por las calles o por el campo a merced del viento si nadie la recoge del suelo y la echa en una papelera. El plástico no es biodegradable, pero ojo, sí es reciclable, casi siempre.

Es bueno que conozcamos las propiedades de la mayoría de los plásticos, sobre todo aquellas que pueden incidir sobre el medioambiente, en el final  de su vida, para ser conscientes de que donde mejor están es no estando y, como mal menor, en el contenedor amarillo.

Estas son sus “cualidades”:

– Son baratos (tienen un bajo costo en el mercado)y fáciles de manejar y dar forma, por tanto su uso  tiende a generalizarse hacia el gran consumo frente a otros productos. Genera pues una gran cantidad de residuo cuando se convierte en un producto desechable y no se reutiliza.

    –  Tienen una baja densidad. Esto genera impactos de flotabilidad en aguas continentales y marinas, así como impacto visual en calles, campos, vertederos….
– Existen materiales plásticos permeables e impermeables, de difusión en materiales termoplásticos. Esto implica que en los procesos de eliminación, no haya una tecnología única sino que se tengan que diversificar. Para su reciclaje ocurre lo mismo.

    – Son aislantes eléctricos. Su utilización va ligada a otros materiales formando componentes que complican su reciclaje (cables, acumuladores…)

  – Si los quemas, el humo que producen es muy contaminante, sobre todo el PVC, pero todos ellos tienen un alto poder calorífico de cara a su valorización energética. De ahí la importancia de un reciclaje consciente.

    – Son resistentes a la corrosión y a estar a la intemperie (humedad, temperatura, radiación solar…). Esto hace que sean muy difíciles de biodegradar en el medio, en plantas de compostaje o biometanización.

   –  Algunos se reciclan mejor que otros, no son biodegradables ni fáciles de reciclar. 

Todo esto debemos tenerlo en cuenta cuando caiga en nuestras manos un material plástico. Hoy el plástico se recicla, aunque es costoso. Mañana es fácil que sea un material biodegradable. Cada vez son más las toneladas que se producen a partir de materias como la paja, la soja, el maíz o el almidón, pero todavía queda mucho camino por recorrer. De momento si ves un plástico reutilízalo todo lo que puedas y, cuando ya no puedas más tíralo al contenedor amarillo, acabará reciclándose.

Sigue a través de este vídeo el camino de la nueva vida de tu botella de plástico: